Ya hemos cambiado de estación, nos encontramos en primavera, el final de Liga comienza a acercarse y cada partido adquiere tintes de mayor trascendencia. Se trata de una circunstancia habitual todas las temporadas por estas fechas, y que a la Real Sociedad vuelve a cogerle metida de lleno en la pugna por entrar en Europa. Restan solo nueve jornadas por disputarse y el cuadro txuri-urdin encara en buena disposición la carrera por su quinto billete continental consecutivo: ha recuperado chispa ofensiva desde que cayera en Copa y Champions, jugar un encuentro por semana debería significar un repunte en su rendimiento, y además cuenta con un interesante colchón de puntos respecto a sus más inmediatos perseguidores.

El análisis de la situación debe arrancar, eso sí, mirando a las remotas posibilidades existentes para escalar posiciones en la tabla. El Athletic, cuarto, se encuentra diez puntos por encima, y el Atlético de Madrid, quinto, aventaja en nueve a los de Imanol Alguacil. Rebasar a la vez a bilbainos y madrileños exigiría prácticamente un milagro, por lo que se antoja casi imposible renovar el billete para la Champions League. A partir de ahí, y puestos a establecer objetivos ambiciosos, parece más probable dar caza a un Atlético de Madrid vivo aún en la propia Champions, que es el adversario más cercano si miramos hacia arriba en la clasificación y que además deberá pasar por Anoeta en la última jornada de Liga, duelo en el que la Real tendrá además la opción de hacerse con el average particular ganando el encuentro (2-1 en la primera vuelta en el Metropolitano).

Una buena renta

Sobre el papel, resulta más realista echar un vistazo al retrovisor y repasar la situación de los equipos que persiguen a la Real. Por una cuestión de inercia, quizás el Villarreal sea el adversario potencialmente más peligroso, aunque su desventaja respecto a los blanquiazules es grande. Los de Marcelino, que han ganado de forma consecutiva sus últimos cuatro partidos de Liga (la racha comenzó con el 1-3 de Anoeta), tienen ocho puntos menos que los txuri-urdin, nueve si tenemos en cuenta que el average particular corresponde al conjunto guipuzcoano gracias al contundente 0-3 cosechado en diciembre en La Cerámica.

Con el Betis, un rival directo clásico ya en las peleas por Europa, sucede todo lo contrario: es el contrincante más próximo en la tabla y, por lo tanto, el más peligroso, pero su trayectoria reciente no es nada positiva. El equipo de Pellegrini acumula tres derrotas consecutivas en el campeonato y sufre para carburar sobre el césped, pasando en dos jornadas de la sexta plaza a la séptima y viéndose a cuatro puntos de los de Imanol. En la penúltima jornada se jugará un Betis-Real que podría resultar importantísimo, aunque deben disputarse hasta entonces siete jornadas capaces de modificar el panorama por completo.

Finalmente, el Valencia también merece ser tenido en cuenta. Está ahí por méritos propios y, además, sería el perseguidor más cercano en caso de ganar en Granada su partido aplazado. Los de Rubén Baraja, eso sí, tienen que pasar por Anoeta, ya perdieron 0-1 contra la Real en Mestalla y están sufriendo además lesiones importantes en su línea defensiva, con Diakhaby fuera de combate por un año entero y Gayà de baja durante el próximo mes. El Getafe, con 38 puntos y a la chita callando, mira a su duelo con la propia Real, el 21 de abril, como a una buena oportunidad para engancharse a la pelea. 

ÚLTIMA JORNADA CON LA INCÓGNITA

El de este próximo domingo en el campo del Deportivo Alavés será el último partido que la Real dispute sin conocer cuáles son las reglas del juego europeo en el tramo final de Liga. Cuando el domingo 14 de abril los txuri-urdin retomen de nuevo la competición tras el parón de la final de Copa, conocerán ya quién se ha proclamado campeón, Athletic o Mallorca, lo que terminará de aclarar la situación en la pugna continental. Cabe recordar que, más allá de rivalidades y según criterios puramente deportivos, a la Real le interesa que el propio Athletic se haga con el título en La Cartuja, pues esto redundaría en un billete adicional en juego: el quinto y el sexto de la Liga acudirían a la Europa League, y el séptimo se clasificaría para la Conference. Por contra, si el Mallorca ganara la Copa, obtendría automáticamente un billete para la Europa League junto al quinto clasificado de la Liga: en este caso, sería el sexto quien acudiría a la Conference, mientras el séptimo no obtendría premio alguno...