A muchos cerveceros de Zumaia se les hizo la boca agua al enterarse de que el pueblo iba a contar con una cervecería artesana local. El responsable de ello fue el zarauztarra Jose Mari Caballero, que abrió el pequeño negocio llamado Brewery Land, ubicado en la calle Ortega y Gasset, 2, en septiembre de 2023. La inauguración fue el día del pulpo del año pasado. 

Primeros lotes

Conseguimos el registro sanitario a principios de julio, que servía para poder hacer y vender la cerveza. Por lo tanto, empezamos a fabricar los primeros lotes en agosto. Nos costó un poco dar el paso de abrir de cara al público porque estábamos todo el rato mejorando cosas, buscando la perfección en todos los aspectos del negocio. Al final decidimos abrir el día del pulpo”, explica Caballero.

El día anterior a la inauguración, el dueño recuerda estar limpiando todo, poniendo las cortinas, adecentando el escaparate... “y decidimos abrir un día antes a ver qué pasaba. No lo publicitamos nada, apenas. Sólo lo sabían los amigos, y listo. Ahí comenzó todo”. 

El zarauztarra fabrica cerveza en su tiempo libre:“Este es mi hobby y ahora es parte de mi trabajo también, pero yo no me dedico sólo a esto. Yo soy ingeniero técnico industrial mecánico e ingeniero de organización industrial y eso me ha ayudado para fabricar el material con el que hacer la cerveza y con la organización de este pequeño negocio. Algunos van al gimnasio o dedican el tiempo libre a otra cosa, yo me lo paso muy bien creando y elaborando las cervezas”. 

"Decidimos abrir un día antes a ver qué pasaba. No lo publicitamos nada, apenas. Sólo lo sabían los amigos, y listo. Ahí comenzó todo”

Caballero recuerda que en 2018 fueron a la Cervecería Etxeandia en Urduliz. “Fuimos mi mujer otro amigo y yo un sábado a aprender cómo se fabricaba la cerveza. Yo no sabía ni cómo se hacía, no tenía ni idea, pero la verdad que nos enseñó todo muy bien. Luego hicimos nuestra propia cerveza, pero con el material más básico que se puede elaborar:una cazuela con grifo, una malla alimentaria, un cazo, un termómetro...). Nos gustaron mucho y al final me entraron las ganas de hacer la mía y todo. La semana siguiente compré tres cazuelas y también leía mucho sobre eso, pero la verdad que no hice nada”.

Dos años más tarde llegó la pandemia, y el tiempo infinito, y “en la empresa nos mandaron al ERTE completo. Además, yo no tenía perro, solamente podía salir a sacar la basura por lo que tenía mucho tiempo. Adecenté un poco el trastero y ahí comencé a elaborar el primer prototipo. Hice una receta sencilla, de un lúpulo, y salió buena y con una espuma muy bonita. Fue un subidón total. Imagina que salía mal, qué hacía yo con todo el equipo. Mis amigos también la probaron y les gustó. Qué amigo va a decir que está mala la cerveza”.  

"Adecenté un poco el trastero y ahí comencé a elaborar el primer prototipo. Hice una receta sencilla, de un lúpulo, y salió buena y con una espuma muy bonita"

A Caballero, como buen ingeniero, se le encendió la bombilla y pensó: “tengo que montar un equipo, pero no quiero andar con termómetros manuales. Quiero que la temperatura se ajuste automáticamente, programando un PID (algoritmo de control), añadiendo un termopar (sensor) y una bomba de recirculación (actuador). Lo mismo que se hace con el termómetro, pero automatizado y con mayor precisión”. 

 En febrero dieron la oportunidad a los negocios locales de poner los puestos en la calle Erribera y de esa manera todo el pueblo y los que se acercaban al sitio pudieron conocer de primera mano la cerveza artesana de Brewery Land. “Era la primera vez que hacíamos algo así. La verdad que en esa zona nos veía más gente, porque sino el local donde la vendemos está un poco escondido. Me acuerdo que era viernes y llovía mucho. Luego levantó y nos fue muy bien. El día siguiente fue una locura. Veníamos cada dos por tres a por más cerveza. Lo mejor es que todos los que se acercaban a probar la APA (American Pale Ale) se las llevaban de seis en seis. Salimos muy contentos”. 

 Con apenas medio año de vida ya se pueden comprar las cervezas de Caballero en su propia tienda e incluso en algunos bares de Zumaia. Además, son de muchos tipos: de trigo, trapense, APA, IPA, tostadas, negras con toque a café y cacao... Para todos los públicos.