La compra de los cuarteles de Loiola no ha impedido que el Ayuntamiento de Donostia haya cerrado el ejercicio de 2023 “con índice muy positivos de ahorro y endeudamiento”.

Así lo ha subrayado el concejal de Hacienda y Finanzas, Kerman Orbegozo, que ha informado que la liquidación presupuestaria del pasado ejercicio ha “arrojado un superávit de 1,4 millones de euros, después de haber incorporado al ejercicio 2023-2024 un total de 186 millones de euro para inversiones”, todas presupuestadas ya para este año.

Pese a todo, este superávit es claramente inferior al de años anteriores y la causa hay que encontrarla en la compra de los cuarteles de Loiola, 59,7 millones de euros, que ha obligado al Consistorio a realizar “un mayor esfuerzo financiero para hacer frente a los préstamos solicitado”.

Esta operación, ha subrayado el edil del PNV, “ha incrementado la deuda viva”, el monto a devolver a las entidades financieras.

Orbegozo ha querido en este punto incidir en la idea de que los datos económicos demuestran que “la situación económica del Ayuntamiento es saneada”.

Muestra de ello es que haya obtenido “ocho millones de euros más de los previstos en ingresos ordinarios”, hecho que se explica en gran medida por el aumento de los ingresos que provienen del Fondo de Financiación Municipal, que ha llegado a los 166 millones, siete más de los inicialmente previstos.

Tasas e impuestos

Sube también la recaudación vía tasas e impuestos: 0,5 millones más de los previstos con el IBI, 0,9 más por el aumento del Padrón del impuesto y 0,3 millones más por el cobro de la tasa de ocupación del dominio público por obras.

Baja, por contra, el montante ingresado por el ICIO, la Tasa de Recogida de Basura y la OTA y se mantienen las previsiones en las tasas de agua y saneamiento.

El gasto ordinario de 2023 fue de 40,6 millones de euros, inferior al previsto, mientras que el ahorro corriente, a 31 de diciembre, fue de 41,4 millones, lo que permite al Ayuntamiento “hacer frente a sus gastos ordinarios con los ingresos ordinarios de forma solvente”.

En materia de inversiones se ejecutó el 21,02% de lo previsto y 186 millones quedan pendientes de ejecutar el año en curso, de los que el 49,22% están ya adjudicados o próximos a adjudicarse.

La situación de la finanzas permite al Ayuntamiento pagar las facturas a sus proveedores “dentro del periodo legal de cobro”, plazo que el pasado año fue de 21,39 días.

El endeudamiento municipal fue calificado por Orbegozo de “muy razonable”. La deuda pendiente a devolver a entidades financieras fue de 118,6 millones de euros, algo más que el doble que el año anterior, cuando fue de 52,5 millones. La causa vuelve a ser la adquisición de los cuarteles de Loiola.

La liquidación de la que ha dado cuenta hoy Kerman Orbegozo solo hace referencia al Ayuntamiento, sin computar los 14 organismos y sociedades municipales dependientes.